El blog de Jaume Alonso-Cuevillas: 19/7/09 - 26/7/09

dissabte, 25 de juliol del 2009

IMPUTADO "PROVISIONAL"

Segun relatan los medios de comunicación (prevención insoslayable cuando nos referimos a noticias procesales), el Tribunal Supremo ha citado a declarar a determinado político en condición de "imputado provisional". Como sabe cualquier jurista, dicha condición procesal simplemente no existe. O, mejor dicho, todo imputado lo es con carácter "provisional", pues o bien se constata que no existe motivo suficiente para mantener la imputación y se sobresee (o "archiva") la causa, o bien el imputado pasará a ser acusado que se sentará en el banquillo de donde saldrá condenado o absuelto. La imputación indefinida no existe, pues, por definición, el proceso deberá acabar de una forma u otra (no entro ahora en el muy interesante debate de si la instrucción debería tener una duración máxima legalmente prevista, como la tienen las inspecciones tributarias, aunque obviamente entiendo que sería una deseable garantía para el ciudadano). Pues bien, si todo imputado lo es de forma "provisional" por qué el Tribunal Supremo, órgano al que sin duda no se le escapan tales cuestiones, quiere destacar el carácter "provisional" de la imputación?

Una perversa consecuencia de nuestro sistema de garantías procesales constitucionales es que quien declara ante un tribunal como imputado goza de mayores derechos y garantías que quien lo hace en otra condición (es decir, como simple testigo que se limita a dar razón de unos hechos que conoce sin que se le "impute" responsabilidad ninguna). Por ejemplo, el imputado declara asistido de letrado y tiene derecho a no declarar contra sí mismo, lo que se traduce en el derecho a no declarar o a no declarar la verdad (el testigo cometería delito de falso testimonio). Para evitar que alguien citado a declarar como testigo se viera compelido a declarar contra sí mismo, se ha impuesto la necesidad de citar ya inicialmente como imputado a cualquier persona que pudiera (potencialmente) llegar a ostentar dicha condición. Esta es la perversión del sistema: te imputan para darte más garantías (¡!). Pero si la imputación procesalmente es una garantía, social y mediáticamente es evidente que comporta un grave estigma. No sólo para un político, para cualquier persona, tener que ir a declarar como imputado supone ya un evidente deshonor, especialmente grave en la medida en que el asunto tenga repercusión mediática.

En los tiempos en los que vivimos, constatamos que la imputación de cualquier político es inmediatamente utilizada por los otros partidos para exigir resposabilidades, depuraciones, dimisiones ...

Y lo cierto es que sólo un pequeño porcentaje de quines declaran como imputados "superan" todo el proceso, llegan al banquillo y resultan firmemente condenados. La inmensa mayoría habrán pasado ese mal trago (la "pena del proceso") pero jamás resultarán condenados.

Conste que no estoy defendiendo a ningún político, que ni siquiera cito. Ni tampoco a ningún partido. Todos han tenido, tienen y seguirán teniendo militantes y dirigentes imputados. No hablo pues del caso concreto que sólo uso como excusa para defender, esa sí, la propia presunción de inocencia.

Y en esa dirección entiendo las precisiones del Tribunal Supremo. Es bueno recordar que un imputado lo es sólo provisionalmente. Aplaudo pues la pedagogía llevada a cabo por nuestro Alto Tribunal, Y pediría a todos, especialmente a tribunales y medios de comunciación, pero a toda la sociedad en general, que recordemos que cada vez que se imputa a alguien o se cita a declarar a alguien en condición de imputado, sigue siendo una persona inocente (y no un "quizás culpable", como frecuentemenete se le trata). O, en terminología del Tribunal Supremo, un "imputado provisional".