Con frecuencia, especialmente cuando sucede algún hecho violento, se produce la llamada 'alarma social' y surgen numerosas voces que piden más dureza y 'castigo inmediato' contra los delincuentes.
La paz social se fundamenta en el respeto a los demás. El ordenamiento tiene que reaccionar, con contundencia si es necesario, para proteger los bienes jurídicos individuales y sociales.
Pero ello debe ser compatible con el máximo respeto a la presunción de inocencia y el escrupuloso respeto a los derechos del imputado.
Adjunto link a un artículo publicado en La Vanguardia del 19 de noviembre. Diversos ex agentes rusos han empezado una campaña a través de internet para denunciar que el sistema les obligaba a acusar a ciudadanaos que sabían que eran inocentes:
Sirenas en la web
Pregunta obligada: ¿Sería difícil que esto pasara hoy en España? Difícil sí, pero no imposible. Por intereses diversos, venganza o simple error humano, un inocente puede, también aquí, verse injustamente acusado de la comisión de un delito. Nuestro sistema procesal debe pues garantizar al máximo la presunción de inocnecia y el derecho de defensa. No son proclamas retóricas. Son la garantía de que ningún ciudadano sea condenado, ni siquiera acusado, por el simple hecho de que un fiscal o un policía (en definitiva, personas con sus filias y fobias y, en cualquier caso, ersonas falibles) ha obrado injustamente o, sencillamente, se ha equivocado.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Comentaris